Crónicas de un maestro: una vocación.

por Equipo GOTH

Elijan cualquier día de la semana, la hora: nueve de la mañana, iniciamos después de diez minutos, la frase para abrir… ¡buenos días, en esta bonita mañana!, por voluntad propia, surge la primera participación por parte de los alumnos: – qué tema veremos el día de hoy – hablemos del cohete chino, quién investigó algo sobre política, cómo va el proceso de vacunación, cómo le fue a los equipos de fútbol locales, cuáles son las series que se estrenaron este fin de semana, alguna película para recomendar, sugieran un lugar para ir a comer… ¡vaya discernimiento!, así inician mis alumnos una sesión de clase; compartiendo lo que les interesa, debatiendo lo que les preocupa y aprendiendo a escuchar.

 

 

¿Qué preocupa a los jóvenes actualmente?, ¿qué conocen del mundo en el que viven?, ¿les preocupa el medio ambiente?, ¿qué intereses tienen?, ¿cómo aprenden?, son preguntas que, al cierre de cada ciclo escolar, recurren a mi mente. Es complicado aprender en la actualidad, pero más difícil enseñar en tiempos dónde no sabemos qué se debe hacer en la vida, cómo tomar buenas decisiones, cómo ser feliz y descifrar los diferentes problemas que se me presentan en la vida y entender que no soy el único con estas dudas. La comprensión social, se hace disponible para el entendimiento individual y colectivo de las competencias. La posible solución a las problemáticas que actualmente aquejan a los jóvenes podría ser, buscar formas alternativas de participación; transformando las prácticas sociales de modo que, no marginen a las personas afectadas o mediante intervenciones específicas, como formas suplementarias de convivencia.

 

 

Crecer en libertad es una actitud ante la vida, hay que cuestionar todo para razonar las consecuencias, asistir o no asistir a clase, tomar la materia con tal o cual maestro, afecta a mi calificación, quiero estar en clase, pero tengo que hacer otra cosa, no me gusta ser evidenciado por mis errores, lo que me está diciendo, ya lo sé; somos libres de pensar. Creo que ya todos, quienes nos dedicamos a la docencia, lo hemos escuchado, pero esta libertad irrumpe y desorienta, si bien es cierto hay que experimentar el sentido de vivir libremente, cómo prepararnos para ello.

 

 

Para ser educadores eficaces, no sólo necesitan perfeccionar las prácticas dentro del aula, sino también los códigos, con respuestas prácticas, que hagan reflexionar, pero no pensar, por ejemplo: me gusta la tecnología en clase, el dinamismo, que el maestro sea flexible, tener clases libres, salir a los jardines de la escuela, escribir y exponer lo que me gusta, pero no sé utilizar la plataforma para subir tareas, ese tema ya lo conozco, para la entrega del trabajo se necesita más de una semana, no hemos visto nada en clase, no puedo participar en actividades fuera del aula porque tengo una lesión o quiero investigar sobre un tema interesante que no tenga que ver con la clase.

 

 

Como Profesor, hay que estar dispuesto a brindar un buen acompañamiento, disponerse a alimentar una gran confianza y aprecio hacia los jóvenes; hay mucho que aportar, intercambiar y enseñar, pero también hay mucho que aprender y lo conseguimos en la medida en que seamos capaces de escuchar a otro, respetarlo, ayudarlo a reflexionar, compartir y confrontar opiniones. La relación entre expresiones situadas de aprendizaje y los medios, presuponen un mismo contexto, hablar un mismo idioma, siendo agradecidos, contemplativos en la acción. El acompañamiento surge cuando el acompañante se conmueve.

 

 

 

 

Nuestros estudiantes van del Desapego a la Libertad, por tanto, hay que ofrecer con valentía modos de vivir que sean auténticos. La educación, es eje rector de toda sociedad, simplifica procesos, sistematiza ideas y explica resultados, promueve el entendimiento y da trascendencia; además de ser un derecho y una habilidad humana que nos hace seres racionales y pertenecientes a un grupo social; pienso que la clave está en colaborar y trabajar en equipo.

 

 

Me es grato y motivo de orgullo ser Profesor, por ende, me siento muy comprometido y honrado de ser parte de este proyecto que, enriquece mi vida profesional y convierte en un impulsor de futuros profesionistas, considero que trabajar como maestro implica libertad, confianza, honestidad, soy de la idea de que la confianza se da en un ambiente de trabajo en equipo, de manera profesional, respetando las formas y contextos y que para ser honesto, hay que iniciar por uno mismo.

 

 

Para finalizar: ¿cómo ser un buen profesor en la actualidad?, en definitiva, la respuesta es complicada. Es un hecho que, en edad escolar y formativa, los alumnos suelen estar en búsqueda de lo que quieren, todo es más fácil y con poca objetividad, entonces ¿quién los puede ayudar?, la respuesta es: los maestros. Hace poco escuchaba la frase… los maestros, estudiamos a menudo a los jóvenes e inevitablemente lo hacemos desde nuestra condición de adultos, que nos hace repetir e insistir en que los jóvenes ya no son como eran antes (que resulta ser una realidad por la evolución humana), creo que se necesita una cierta humildad para acercamos a este planeta de jóvenes, por tanto hay que ser totalmente conscientes de los filtros y de las interpretaciones que implica este buen oficio, que lejos de ser una profesión, se convierte en una vocación. ¡Felicidades Maestros!

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